Reino Unido, 2010
Que la Hammer ha renacido de sus cenizas, ha resurgido de entre los muertos y vuelto a producir filmes de horror, lo saben todos los habitantes de la zona crepuscular. Y resucitaron con la sangre corriendo rica por sus venas, con la fantástica versión estadounidense de nuestra “amada” Déjame entrar. Tras La víctima perfecta, la productora que pobló nuestras pesadillas en los 60/70 vuelve a sus orígenes, a esos perdidos pueblos de Gales, Escocia o Inglaterra donde podían suceder historias tan enfermizas como The Wicker Man. Esta vez es Irlanda. Esta vez, una comunidad conoce el ritual (estrambótico, escatológico, bestial, puro alumbramiento nigromántico con cesárea) para hacer que los muertos vuelvan a nosotros. SOLO DURANTE TRES DÍAS. Recordad que Jorge Grau ya nos recomendó No profanar el sueño de los muertos. También Ibáñez Serrador en una de sus Historias para no dormir: no traerás a tus hijos muertos de nuevo a este mundo…