Estados Unidos, 2011
Cuatro segmentos cinematográficos tan soberbiamente desastrosos que harían parecer a Ed Wood el hermano listo de Orson Welles y a la Troma, Zentropa. Todos ellos embutidos y embotados en la última sesión de un auto cine que se está yendo al carajo (recordad The Last Picture Show, bitte). Los hermanos Chiodo, los de los payasos asesinos que llegaron de un planeta exterior, fabrican un espermatozoide gigante que copula con la Estatua de La Libertad y eyacula sobre los neoyorquinos. En otro capítulo (en blanco y negro) descubrimos que Hitler escribió El diario de Ana Frank (aparte de crear al FrankenGolem). En un tercero, que todas las asociaciones de LGTB de la Tierra andan extasiadas cuando les cuentan Grease, Rebelde sin causa y Crepúsculo a su manera. Sobre todo si en el remake sale el rey del porno gay, Brent Corrigan. En uno más descubrimos que a los zombis les va el sexo descompuesto. Y luego ya… fundido en negro