Dinamarca-Suecia-Francia-Alemania. Dirección: Lars von Trier. Producción: Louise Vesth, Madeleine Ekman, Lizette Jonjic, Marianne Slot, Bettina Brokemper, Tine Grew Pfeiffer, Jonas Bagger / Zentropa Entertainment, Film i Väst, Copenhagen Film Fund, Zentropa Sweden, Slot Machine, Zentropa France, Zentropa Köln. Guion: Lars von Trier. Fotografía: Manuel Alberto Claro. Montaje: Molly Malene Stensgaard. Intérpretes: Matt Dillon, Bruno Ganz, Uma Thurman, Siobhan Fallon Hogan, Sofie Gråbøl. Duración: 155 min
IDIOMA: inglés / SUBTÍTULOS: castellano
Bienvenido el hombre del talento abominable. Bienvenido el Lars von Trier de Melancholia (2011), Antichrist (2009) y Nymphomaniac (2013). Desterrado de Cannes por los bienpensantes, volvió con esta comedia salvaje que, como hizo en su momento Thomas de Quincey, considera el asesinato una de las bellas artes y envuelve dicha teoría en un guion elegantísimo trufado de ideas como que el cielo y el infierno son lo mismo, que el alma pertenece a arriba y el cuerpo a abajo. Todo se lo declama Matt Dillon a Bruno Ganz, que no es otro que Virgilio, el poeta que acompañó a Dante al Averno. Está cansado quien fuera un ángel en el cielo sobre Berlín. Y metida en un gran lío Uma Thurman. Una presencia continua, la de Glenn Gould, el pianista inmenso. ¿La casa? Pirámide de cuerpos.